Serena Castillo fue traicionada por su esposo. Después de divorciarse, ella vendió a su ex esposo a un precio de 2000001 dólares y empezó su vida nueva. Ella es buena en cocinar, así que abrió un restaurante. También logró el amor de Carlos Fernández, presidente del Grupo Fernández. Frente a la molestia de la familia de su ex esposo y la mujer rica Carmen Vázquez, los dos se enamoraron aún más. Al final, Serena y Carlos estuvieron felizmente después de superar los obstáculos.