En la noche de su boda, el esposo de Camila Jiménez huye al extranjero con Lucía Salas, la mejor amiga de Camila. Tras secar sus lágrimas, Camila busca consuelo en un bar, donde termina involucrándose con un joven guapo. Tres años más tarde, su esposo regresa al país. Con total elegancia, Camila le entrega un cheque y se despide del joven. Sin embargo, al reencontrarse, descubre que su delicado y dependiente "amante" es en realidad el temido heredero de la familia Benítez.